Desembarcó en la costa norte de Cuba, la cual en ese entonces estaba habitada por nativos guanahatabeys, siboneys y taínos. Dos décadas después, Diego Velázquez lideró la conquista y colonización europea de la isla, fundando aquí los primeros asentamientos españoles. En 1526, después de que la mayoría de habitantes originales había sido aniquilada, los terratenientes españoles empezaron a traer esclavos africanos y la esclavitud continuó en vigor hasta la segunda mitad del siglo XIX.
La época del colonialismo español también se caracterizó por los ataques piratas; la invasión por una flota británica que dio como resultado un breve periodo (1762-1763) en que La Habana pasó a estar bajo el control de Inglaterra; y una escandalosa corrupción.
José Martí (1853-1895), a quien los cubanos veneran como el cubano más grande de todos los tiempos, hizo un nuevo intento, inspirando a una nación que “por ley de su voluntad irrevocable, por ley de necesidad histórica, ha de lograr su independencia”. Fue asesinado por tropas españolas después del inicio de esa guerra.
La guerra se extendió del este de Cuba hacia el oeste entre 1895 y 1898. Entonces, cuando los mambíes de Cuba que luchaban por la independencia tenían a las tropas españolas al borde de la rendición, Estados Unidos intervino y reclamó la victoria como propia. Las tropas estadounidenses ocuparon Cuba durante cuatro años y las autoridades de aquel país impusieron un control político y económico total por medio de la Enmienda Platt en 1902. De esa manera nació una república, aunque aún muy lejos de ser independiente. El control estadounidense se prolongó 57 años a pesar de la creciente oposición interna del país, la cual condujo al desasosiego social y a los brotes de rebelión.
En 1953, Fidel Castro y un grupo de jóvenes atacaron el Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba. Ese acto heroico inició la lucha que eventualmente llevó al triunfo de la Revolución del 1 de enero de 1959.
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